Desde mi punto de vista el desarrollo de la biomasa pasa por avanzar en diferentes aspectos tales como los siguientes:
- La calidad del biocombustible sólido para usos térmicos (estandarización, incorporación de equipos de limpieza y secado en almazaras, etc.). Es imprescindible utilizar biocombustibles sólidos aptos y normalizados.
- La extensión de los usos térmicos al ámbito industrial (vapor, aceite térmico, agua proceso, etc.) y a las redes de calor centralizadas, con el empleo de biomasas con un carácter más residual (astilla). Afortunadamente los llamados “district heating” con biomasa están proliferando en España en los últimos años.
- La aplicación progresiva del llamado “ecodiseño” que afectará a los rendimientos mínimos de los equipos y a los límites de emisión a la atmósfera. Tiene mucho que ver con el primer apartado.
- El autoconsumo de energía eléctrica de acuerdo a la nueva regulación, el cual tiene que extenderse a la biomasa, además de a la fotovoltaica, por supuesto.
- El desarrollo de proyectos de gasificación de biomasa, incidiendo en aspectos relacionados con la limpieza y tratamiento del syngas y con su uso para fines térmicos.
- La producción de “biochar” mediante la tecnología de la pirólisis, debido a las innumerables ventajas que su uso conlleva.
- El producción de biogás a partir de biomasa residual húmeda de los sectores agrofood, urbano y ganadero, principalmente.
- La aplicación del biogás al sector del transporte de flotas cautivas.
- La mejora de los procesos de secado térmico en los sectores industriales y su impacto sobre el medio ambiente.
En lo que afecta al ámbito específico del olivar, creo que el sector oleícola en su conjunto y las organizaciones empresariales que pivotan sobre él deben ir siendo conscientes progresivamente de la importancia estratégica que la valorización de los subproductos puede suponer, y no solo en términos económicos sino también medioambientes y sociales.
El futuro pasa por lo siguiente:
- Optimizar los procesos de extracción de los restos de podas del campo, especialmente la fracción gruesa o leña.
- Procesar el hueso húmedo en almazara antes de su uso en equipos domésticos y del sector terciario para reducir emisiones y mejorar rendimientos energéticos.
- Diseñar estrategias de valorización energética para el orujillo, actualmente excedentario.
- Trabajar en otras líneas enfocadas hacia la obtención de productos de alto valor añadido y en las llamadas biorrefinerías.
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