Mi primer contacto con la biomasa fue a través de un Estudio que se realizó allá por 1997 sobre el potencial de biomasa generada en el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas y su entorno, y que dio como resultado la primera planta de biomasa para generación eléctrica de Andalucía. Se trata de una planta de 16 MW de potencia eléctrica alimentada con orujillo y que es explotada por una sociedad denominada “Energía de la Loma” participada mayoritariamente, en su momento, por Endesa Cogeneración y Renovables, ECYR y varios extractores de la zona, entre ellos San Miguel Arcángel. Actualmente la planta es propiedad de ENCE.
Desde ese momento ya no me he desvinculado de la biomasa. Después tuve la oportunidad de formar parte de un proyecto llamado AGENER, que fue una de las primeras Agencias de Gestión de la Energía que se crearon en España y que tuvo su sede en Beas de Segura, en el polígono “El Cornicabral”. Desde allí continué fomentando la biomasa como recurso energético, tanto para generación eléctrica como para fines térmicos. En aquellos años recuerdo algún proyecto como el de la planta de Biometanización de orujo promovida por la Cooperativa de 2º grado Olivar de Segura en el municipio de Puente de Génave, que actualmente es una instalación de secado térmico alimentada con gas natural.
Posteriormente trabajé en AGECAM, la Agencia de Gestión de la Energía de Castilla-La Mancha, cuya sede estaba en la ciudad de Albacete. Allí también traté de impulsar la biomasa, sobre todo la procedente de la vid y de sus industrias de transformación. También la de origen forestal, recurso abundante en la región. Se dio la circunstancia de que AGECAM formaba parte del accionariado de ENEMANSA, planta de biomasa idéntica a la de Villanueva del Arzobispo. Estaba claro que mi camino estaba emparejado a la biomasa.
Después de unos años por tierras manchegas, durante los cuales tuve la oportunidad de conocer bastante la región y su enorme potencial de recursos, no solo biomasa, sino solares o eólicos, entre otros; también estuve trabajando en algún proyecto de aprovechamiento de biogás de vertederos, como el de Alcázar de San Juan; volví a Jaén para ocuparme de nuevo de AGENER la cual se encontraba en un trance en el sentido de que no sabían muy bien qué hacer con ella. El reto era apasionante porque consistía en poner de nuevo en marcha un instrumento que sirviera para potenciar y fomentar la eficiencia energética y las energías renovables en la provincia de Jaén, y se creó AGENER, S.A., una sociedad participada al 100% por la Diputación Provincial, en aquellos años liderada por personas convencidas de que podía ser un instrumento útil y necesario para los Ayuntamientos de la provincia. También para la sociedad.
Quizás ese fue el período más prolífico a nivel profesional en cuanto al avance de la biomasa en todos los ámbitos. Recuerdo el proyecto de red de calor centralizada de GEOLIT, un referente a nivel nacional de producción de calor y frío a partir de biomasa en el que la participación de AGENER fue muy activa, incluso llegando a participar en la sociedad explotadora GEOLIT CLIMATIZACIÓN. Por aquellos entones, hablo del período 2006-2012 más o menos, ya empezaban a construirse las primeras plantas de pellets, y otros proyectos de plantas de biomasa como las de Andújar o la de la Estación de Linares-Baeza, y algunos otros que se quedaron en el camino, como el de Torredonjimeno en los terrenos de la antigua Holcim. También empezaban a despegar las calderas de biomasa en los edificios con importantes apoyos de la Agencia Andaluza de la Energía.
A partir de 2012, una vez que salí de AGENER porque algunos pensaron que llegaba el momento de ser liquidada, me centré por completo en mi Tesis Doctoral que tenía abandonada, la cual defendí en marzo de 2013, por supuesto sobre la biomasa y la gasificación en esta ocasión como tecnología emergente y de futuro. Por esa época también tuve la inmensa suerte de ganar el primer premio del Instituto de Estudios Giennenses en la categoría de Investigación Agraria y Medioambiental precisamente por un trabajo sobre la biomasa del olivar, como no podía ser de otra forma.
Y en 2014, y gracias a un premio de la Universidad de Jaén, decidí crear BIOLIZA que es una Spin Off de la UJA desde la cual desarrollo mi actividad docente, profesional e investigadora en el campo de la biomasa, muy centrada en el olivar que a mi juicio está ha llamado a jugar un papel crucial en un futuro próximo, y no solamente en Andalucía, sino a nivel mundial.
A lo largo de estos últimos años he tenido la suerte de obtener una mención honorífica en un Premio de la Fundación de la Caja Rural de Jaén sobre investigación científica y técnica, escribir un libro sobre los subproductos del olivar, el cual fue presentado en la Universidad de Jaén en noviembre de 2017, y participar en varias acciones formativas y divulgativas todas ellas vinculadas a la valorización energética de subproductos del olivar.
Una de las últimas es el lanzamiento del 1º curso de experto en gestión de subproductos del olivar a través de la UNIA y que espero que sea un éxito por dos razones, una por ser la primera iniciativa de estas características en España, y, otra, por contar con el patrocinio y apoyo de numerosas empresas e instituciones relacionadas con el sector oleícola andaluz. Os copio el enlace a la página web de la UNIA.
He dirigido y participado en numerosos cursos y encuentros de verano en la UNIA, todos ellos muy centrados en el eje BIOMASA-OLIVAR.
Desde 2005 soy Profesor Asociado de la Universidad de Jaén en la que imparto docencia también en el Máster de Energías renovables, como no en el módulo de biomasa. También imparto y he impartido docencia en las Universidades de Córdoba, Castilla-La Mancha, Granada y a nivel internacional en las del Valle de Guatemala y la PUCMM de República Dominicana, en este caso como Profesor de la EOI.
He escrito también numerosos artículos en revistas especializadas relativos al aprovechamiento energético de la biomasa y participado en foros de distintos ámbitos sobre este campo, destacando la COP 22 en Marrakech (Marruecos) donde tuve la suerte de participar en una mesa junto al COI para poner de relieve el importante papel que juega el olivar como sumidero de CO2 y generador de biomasa (restos de podas, hueso, orujillo, etc.).
Tuve también la suerte de ser el responsable a nivel técnico de BIÓPTIMA una Feria centrada en las energías renovables y que pretendía situar a Jaén en el epicentro de la biomasa en Andalucía y de España y que, humildemente, creo que lo conseguimos con las dos primeras ediciones.
Es evidente que mi actividad profesional está claramente asociada a la biomasa como fuente de energía de origen renovable, que indudablemente creo que será un pilar básico de la llamada nueva economía o bioeconomía porque es una energía limpia, autóctona, versátil, abundante, gestionable y competitiva.
